¿Cómo salir cuando debes entrar? Y ¿cómo entrar cuando debes salir? La pregunta debería ser ¿cómo saber cuando debes entrar y cuando debes salir? Porque si pones como “entrar” igual a inconciente y “salir” igual a conciente, deberías conocerte primero a ti antes de salir, es decir que primero deberías entrar, pero si primero es conocer tu inconciente, no puedes conocerlo sin volverlo conciente, entonces sería volver lo de adentro hacia fuera, pero siempre va a quedar algo adentro, así sea el vacío, y ¿cómo conocer ese vacío si no puedes entrar sin antes salir, y no puedes salir sin entrar primero? Limbo idiota que no me da respuestas sino más preguntas.
Me dicen que salir es lo contrario a un laberinto, pero hay tantas contrariedades, hay más contrariedades que ideas, si el laberinto esta arriba podríamos hablar de ir hacia abajo, pero ¿eso sería lo contrario a un laberinto? Si el laberinto lo recorres de afuera para dentro, lo contrario sería de adentro hacia afuera, pero ¿cómo ir de adentro para afuera? Si no has llegado al centro antes, entonces no serviría si antes debes entrar. Ahora, pudiese significar que el laberinto representa tu mente, pero lo contrario serian sentimientos, pero ¿cómo serian los sentimientos lo contrario? Cuando los sentimientos están aún más adentro que el MALDITO LABERINTO.
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Cómo salir cuando debes entrar?
Cómo entrar cuando debes salir?
Simple como la formula que alimenta movimientos escritos en interrogantes para no trazar el trayecto en acción, comienza y termina lo que se refleja en dos direcciones que se obligan a estar por el exceso de una falta casi táctil, en ciertas posiciones introspectivas, dueñas del intento con duda que sirven como frontera visitada a quien solo busca entrar o salir en la inmensidad de un solo pensamiento, acostumbrado por el cómodo recibimiento que propina la espera fortuita del simple decidir “donde” se encuentra quien ve las dos direcciones para cumplir consigo mismo la correcta visita, según sea la intención convertida como objetivo para luego o antes, poder singularmente responder lo que tiene lugar, no respuesta.
Jad
Solo se necesita ver.
¿Qué es para ti entonces, lo contrario de un laberinto?
Entiendo tu punto, simplemente no puedes ver limites del menos infinito y el mas infinito si te encuentras desde el cero, ni siquiera sabes si tiene límites, pero si por alguna casualidad estamos en un eje de coordenadas de Y, X y Z, teniendo en cuenta que te puedes mover a donde quieras en un espacio infinito, teniendo las mil combinaciones entre – y +, ¿para dónde te moverías entonces? O acaso ¿caminarías sin rumbo a ver donde llegas? O quizás ¿caminarías lo conocido para luego ir metiéndote a caminar otras cosas? O tal vez ¿caminarías en línea recta para descubrir primero lo que puedas de un infinito en particular?
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Contrario a un laberinto, desde un camino que recorriéndolo se palpa la forma o desde ese ángulo inverso que lo convierte en un vicio de resistencia y repetición por ensayo/error, se pueden confundir con el juego interminable de emociones por pensamiento o pensamiento por emoción, será aún eso sin dirección determinada gracias a la elección, formato que se acopla de manera acostumbrada a el punto de vista variable, según sea la posición interna, externa y del mismo laberinto se toma y se deja, sabiendo que sino esta nos busca y de no buscarnos lo encontraremos… como punto seguro desde-hasta lo que te permitas.
Jad
Hablas entonces que lo contrario de un laberinto es l camino que tu escojas, debido a que no esta ceñido por ninguna regla. Pero si se tratase de tu laberinto propio, uno hecho con el camino que tu eliges, dices que el contrario sería el camino opuesto a el mismo, pero entonces para poder hacer este opuesto debes recorrer totalmente el original, debes saber cada atajo cada esquina, en conclusión quedamos en que debes conocerte para lograr hacer un opuesto, y ¿podría alguien llegar a conocerse completamente? No, no hay ni una sola persona que se conozca, entonces si para salir necesitas el opuesto de tu propio laberinto, necesitarías entrar primero y conocer bien tu terreno. Pero conocemos a personas que no logran conocerse a sí mismas y son capaces de salir, por lo tanto la teoría es errada, no necesitas entrar para poder salir, ni lo contrario.
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